Elaborado por investigadores de las universidades de Santiago y Oxford, confirma que existe un componente de ADN del norte de África más elevado en la población gallega
La genética de los españoles está marcada por acontecimientos tan remotos como la invasión musulmana, que se prolongó cerca de ocho siglos (de 711 a 1492), y por la Reconquista. Es una de las conclusiones más reseñables del primer mapa genético de España, realizado por investigadores de las universidades de Santiago de Compostela (USC) y de Oxford, y que adelantó FARO en marzo del pasado año. Ahora, la revista científica «Nature» publica este estudio, firmado por el catedrático de la USC Ángel Carracedo y los investigadores de la Universidad de Oxford Simon Myers, Peter Donnelly y Clare Bycroft.
Según explica Ángel Carracedo a FARO, lo más reseñable del estudio, realizado con datos de 1.413 personas, «son los movimientos poblacionales que se produjeron entre los siglos IX y XIII, y que se traducen en un mapa genético que se parece a cómo era la división política y lingüística del siglo XIV. Es muy indicativo de lo que ocurrió con la Reconquista», añade el eminente genetista gallego.
Respecto a Galicia, Carracedo destaca que existe «mucha continuidad con Portugal, seguramente fruto de muchos movimientos sur-norte a lo largo de la historia, y muchísima subestructura genética que no ocurre en el resto de España». Esto quiere decir, según el científico gallego, que podemos diferenciar gente que vive a poca distancia los unos de los otros, gracias a que existen patrones discernibles de diferencias genéticas entre individuos que viven a una distancia de diez kilómetros.
En opinión de Ángel Carracedo, «las extensas diferencias genéticas observadas a pequeña escala en Galicia podrían explicar por qué algunas enfermedades con componente genética parecen concentrarse en áreas concretas».
La investigación confirma también otro dato que seguramente resulta contraintuitivo, pero que ya era conocido por multitud de estudios previos, según Carracedo: el compoñente norteafricano más alto (hasta un 11%) en Portugal y en Galicia. El equipo de investigadores estima que este ADN dataría de alrededor de los años 860-1120, un período de migración de población -principalmente bereber- procedente de la actual Marruecos durante el dominio musulmán. Más recientemente se habrían producido migraciones de personas de ascendencia vasca hacia el sur atravesando la Península. La «huella africana» es menor en el País Vasco y en la zona en la que se asentaba la Corona de Aragón durante el siglo XIV.
El interés en estudiar la Península Ibérica radica, según los autores del trabajo, en que el hecho de que «es lingüísticamente diversa, tiene una historia demográfica compleja y es única entre las regiones europeas por tener un período de siglos de dominio musulmán».